Translate

lunes, 16 de enero de 2012

¿PUEDEN CAMBIAR EL MUNDO LOS COMUNISTAS?


¿Pueden cambiar el mundo los comunistas?...
La comunista Camila Vallejo se pregunta en un libro de su autoría si los comunistas “¿podemos cambiar el mundo?”. Desde hace tiempo que los comunistas chilenos no estaban tan en la palestra como durante el 2011 cuando lideraron la salida a las calles en el movimiento estudiantil. Se sienten tan seguros y valorados que en la Fiesta de los Abrazos (¿por qué se abrazan una vez al año?…¿que celebran estos próceres?) aprovecharon de lanzar el libro “Podemos Cambiar el Mundo” de Camila Vallejo, en el que “se aprecian distintas etapas del movimiento por la educación que marcó la agenda social y política durante todo el año 2011”. Es decir, hacen propio el movimiento estudiantil y sus consecuencias, pero sus objetivos son otros, puesto que lo solo ansían destruir el sistema, “reventarlo”. Esa es su meta final.

El comunismo solo quiere destruir al que denominan “gran Satán”, el capitalismo, y para eso se aprovecha de todas las ocasiones. Por ejemplo, solo basta recordar como el oportunista Lenin aprovechó el desorden de la derrota de la primera guerra mundial y dio origen a la trágica revolución leninista, prólogo de otras peores.

Se cuenta en la prensa que uno de los participantes en la fiesta de los abrazos fue un miembro del Colegio de Periodistas, Marcelo Castillo, que aseguró desde el inicio de su intervención “que el libro por sí mismo demuestra por qué Camila Vallejo fue una figura relevante del movimiento social por la educación”.

La gran ¿figura?

Para quiénes seguimos este desastroso año para miles de familias, jóvenes y niños que no pudieron estudiar ni cumplir sus metas estudiantiles, y escuchamos la pobreza franciscana en el léxico y los conceptos de esta señorita Vallejo, no queda más que sorprenderse de la facilidad con que emergen las sentidas palabras para saludar el paso de la nada vestida de oropel.

Y la prensa amarillista sucumbió ante los encantos de una mujer joven que asumía la testera en las marchas y la vocería en las conferencias de prensa. Y la pobreza franciscana en el léxico y en los conceptos ha continuado, porque una comunista no tiene más que comunicar. Y aún con toda esa pobreza y gracias al apoyo mediático ha logrado una posición que muchos deben envidiar.

Camila Vallejo no es una persona extraordinaria: ¡es una comunista!. Es una persona común y corriente que se encontraba al frente de la ola cuando comenzó a formarse, y probablemente su único mérito es haber traído la revuelta al lado de su conveniencia.

Tan comunista es Camila Vallejo que en su intervención saludaba “las demandas de los pueblos originarios”, y repudiaba “la criminalización que hace el gobierno con los pueblos indígenas” mientras los incendios en el sur de Chile, provocados por grupos terroristas mapuches, han causado muertos y cientos de damnificados…

Tan comunista es Camila Vallejo que nos habla de “la criminalización que hace el gobierno con el movimiento social por la educación”. Pero, nada ha dicho del reporte preliminar del Mineduc que fijó en casi $4.000 millones los daños que presentan los establecimientos educacionales del país, que están o han estado en paro durante el proceso que comenzó en junio, debido a robos, destrozos e incendios. Tampoco, nada ha dicho de la caída en los puntajes que ha perjudicado el acceso a la educación superior de muchos jóvenes de talento, postergados por una minoría.

Tan comunista es Camila Vallejo que asegura “que el libro pertenece a todo el pueblo, a toda la gente, por eso se llama “Podemos Cambiar el Mundo”. Si, los comunistas pueden cambiar el mundo, y ya tenemos experiencia en todo el mundo. Debemos recordarlas y nunca olvidarlas.

Lenin, Sobre el Estado.

Prisioneros en un Gulag en Siberia... 
En 1919, Lenin dio una conferencia “Sobre el Estado” en la que indicaba que “el Estado es una máquina para que una clase reprima a otra, una máquina para el sometimiento a una clase de otras clases, subordinadas. Esta máquina puede presentar diversas formas. El Estado esclavista podía ser una monarquía, una república aristocrática e incluso una república democrática. En realidad, las formas de gobierno variaban extraordinariamente, pero su esencia era siempre la misma…

Ya les he aconsejado que recurran al libro de Engels El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. En él se dice que todo Estado en el que existe la propiedad privada de la tierra y los medios de producción, en el que domina el capital, por democrático que sea, es un Estado capitalista, una máquina en manos de los capitalistas para el sojuzgamiento de la clase obrera y los campesinos pobres. Y el sufragio universal, la Asamblea Constituyente o el Parlamento son meramente una forma, una especie de pagaré, que no cambia la esencia del asunto…

Nosotros hemos arrancado a los capitalistas esta máquina y nos hemos apoderado de ella. Utilizaremos esa máquina, o garrote, para liquidar toda explotación; y cuando toda posibilidad de explotación haya desaparecido del mundo, cuando ya no haya propietarios de tierras ni propietarios de fábricas, y cuando no exista ya una situación en la que unos están saciados mientras otros padecen hambre, sólo cuando haya desaparecido por completo la posibilidad de esto, relegaremos esta máquina a la basura. Entonces no existirá Estado ni explotación. Tal es el punto de vista de nuestro partido comunista…”.

Tal como Lenin, los comunistas quieren la máquina estatal para liquidar a garrotazos el espíritu humano. Lo han hecho en el pasado, y lo harán en el futuro, si se les deja. Pero, mientras llega ese momento, hay que reventar el sistema.

El puterío en las tomas

Palabras de comunista, palabras de Lenin, y que se puede extender al movimiento estudiantil liderado por los comunistas: a un comunista no le interesa mejorar la educación ni hacerla gratuita ni hacerla de calidad, le interesa reventar el sistema actual. Y para eso, se aprovechan de todo lo que surja en el proceso y que les permita llevar agua a su corral.

Cuando el alcalde Sabat calificó como un "puterío" la ocupación del establecimiento que mantuvieron las estudiantes en el marco del movimiento estudiantil muchos debieron sorprenderse. Y otros, los de siempre, cerca de 500 personas, participaron en la llamada "marcha de las prostitutas"  que fue convocada  por la Asamblea Ciudadana, el Colegio de Profesores y el cordón de estudiantes de Ñuñoa, protestaron con pancartas y gritos en el frontis de la Municipalidad.

Es decir, en la interna los comunistas están agradecidos de este alcalde porque les ha entregado más municiones para seguir reventando el sistema.

Mientras tanto, el Internado Nacional Femenino que permaneció tomado por meses, perjudicó a cientos de niñas, va a requerir millones de pesos en su rehabilitación, y nadie se hace responsable. Aquí no hay querellas, ni demandas, ni lagrimeos, ni nada. El sistema se revienta como sea.

¿Nos cambiarán el mundo los comunistas?

Los comunistas están convencidos de que sólo destruyendo el capitalismo será posible superar la lacra del hambre en el mundo, el desempleo y las desigualdades. Ese es el objetivo por el que los comunistas se organizan políticamente.

Y, por lo tanto, para tomar el poder y construir un mundo distinto, más justo y humano, es decir, un mundo socialista, deben abolir la propiedad privada, colectivizar los medios fundamentales de producción y  prohibir la explotación de la fuerza de trabajo asalariada. Consideran que, al igual que se luchó para prohibir la esclavitud, la servidumbre o los derechos de las minorías, ahora hay que luchar para prohibir la explotación asalariada. Defienden la liberación de la clase trabajadora, la inmensa mayoría de la humanidad.

En realidad, los comunistas quieren cambiar el mundo, y si pudieran hacerlo lo harían en cinco etapas:

PRIMERA ETAPA: Destruir el régimen antiguo.

Lo primero es lo primero: los comunistas por si solos no son capaces de destruir el sistema antiguo y deben aliarse con otros para reventar el sistema actual de modo que se disuelva en la nada.

Esta es la etapa actual: reventar el sistema.

Y para mantener el espíritu de convivencia realizan fiestas de abrazos, comen caldo de congrio, presentan libros de lucha y esfuerzo, le juran amor eterno a la democracia y a la libertad.

Es la etapa de la búsqueda de adeptos y tontos útiles que se presten para aliarse con ellos. Estos aliados les permiten acceder al congreso y así surgen los diputados Teillier y Gutierrez y los alcaldes; permiten generar nuevos rostros como la Vallejo y Ballesteros…

Estos son la avanzadilla para reventar el sistema, pero necesitan masa crítica adversa al sistema que se integre y los reconozca como voces necesarias para este tiempo y lugar.

SEGUNDA ETAPA: Destruir la oposición fuera del Partido.

Luego de destruido el régimen antiguo deben imponerse al resto de las fuerzas políticas, los aliados o tontos útiles, que tienen sus propias ideas, y que también desean apropiarse de los restos incendiados del escenario político y económico.

Los comunistas deben comenzar a luchar para imponerse como los únicos y verdaderos líderes, poseedores de la verdad absoluta, y los demás, cómo unos ambiciosos y avariciosos por lo que debe comenzar la destrucción de la oposición al Partido mediante la violencia física o el desprestigio.

El desprestigio del rival es clave para quitarle poder y arrebatarle posiciones de privilegio. Y para entrenarse es útil el caso de Sabat, los ministros y muchos más.

Sin embargo, comienzan las purgas externas con fuerza y vehemencia; comienzan los tribunales populares para castigar a los enemigos de la revolución del pueblo…Y surge el Robespierre encendiario, castigador y vehemente.

La etapa de posicionar al partido comunista como la única opción es clave y compleja dada la reducida presencia que esta ideología tiene en la cultura chilena. Y por eso se deben crear héroes de la revolución…

TERCERA ETAPA: Concentrar todo el poder, incluido el gobierno, en manos del Partido.

Una vez destruida la oposición externa al partido viene la hora de imponer el ideario comunista desde el gobierno: abolición de la propiedad privada, supresión de libertades, y todos somos iguales. Todos pasamos a ser proletarios, orgullosos, con las mismas vestimentas, los mismos salarios, nadie puede reclamar sino será reaccionario…

Esta es una etapa frágil puesto que al romper las coaliciones y maltratar a los aliados que les permitieron llegar a donde llegaron, se harán de muchos enemigos que comenzaran a confabular en contra de ellos. Por eso, las purgas externas deben intensificarse…Y el Robespierre nacional se transforma en un referente mientras el poder oculto lo usa apropiadamente.

Siguen reiterando las letanías del valor de la democracia, pero antes de volver a ella, hay que reformular el sistema e implementar cambios. ¿Recuerdan a Chavez?. Es lo mismo: usan el sistema democrático para enquistarse en el poder y de ahí en adelante no lo entregarán jamás. Jamás.

CUARTA ETAPA: Destruir la oposición en el seno del Partido.

Una vez instalados en el gobierno, surgen las distintas tendencias y los liderazgos. Y comienzan a surgir los Padrecitos o Grandes Líderes de las tendencias internas; comienzan las disputas y las luchas internas que se vuelven violentas.

El más decidido se impone y empiezan las purgas internas. Comienzan a desaparecer comunistas de distintas tendencias por medios ortodoxos o no ortodoxos, y todo en el más absoluto silencio y anonimato.

El resultado final es el surgimiento de una única tendencia triunfadora que se hace cargo del gobierno.

QUINTA ETAPA: Concentración todo el poder en una sola persona y en una élite de privilegiados del Partido.


Los Padrecitos de la religión comunista...
Esta es la etapa final: surge el Padrecito o el Gran Líder que guiará los destinos de la nación proletarizada. Y en paralelo, surge la “élite de hombres y mujeres nuevos que nos guiarán al paraíso comunista” haciendo previa escala en el infierno…

El “paraíso” comunista…

Los comunistas y su proceso materialista y dialéctico nos han conducido a un nuevo mundo. Nos han cambiado el mundo: ya no tenemos libertades pero somos más iguales en la pobreza; ya no somos dueños de nada excepto de nuestros sueños; somos grises y sin vida…Hemos ayudado a crear nuestro propio gulag…

Ya tendríamos nuestro propio calvario en la forma de un gulag nacional, cuna del terror en campos de trabajos forzados y en los cuales morirán miles de seres humanos por los malos tratos, el agotamiento, el hambre, el frío o las ejecuciones.

Los comunistas nos cambiarán el mundo...
Los comunistas crearían su propia "central administrativa de los campos de trabajo correccionales" para darle vida al horror en la forma de barracones en el cual se hacinan los “reaccionarios al nuevo sistema”. Y los presos lucharían por hacerse con un pedazo de pan extra, perderían la esperanza, se evaporarían los valores como la amistad, la honradez, la generosidad, el amor o la compasión en un entorno tan hostil que, a menudo, el instinto de supervivencia sucumbe ante un irrefrenable deseo suicida.

Así, estos seres humanos deportados a nuestro gulag serían los nuevos muertos vivientes, con un alma que solo gime y ve pasar los días unos tras otros. Y, a lo mejor, volveríamos a leer lemas como “honor y Gloria al Trabajo, Ejemplo de Entrega y Heroísmo" en los frontis de estos barracones correccionales.

La pretensión de los comunistas chilenos de reventar el sistema actual no es otra que conducirnos a un nuevo mundo, su mundo, en el cual ya no somos nada, excepto un número en una libreta.

Hemos ayudado a crear un nuevo mundo. Ya sabemos cómo termina la historia.

No hay comentarios: