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viernes, 20 de abril de 2012

OPINION El cambalache argentino y su semejanza con el Titanic.


¿En que se parece el Titanic a la Argentina?. En que ambos chocaron con un iceberg y están en el fondo 


La letra del rango Cambalache es un crudo reflejo de la personalidad argentina cuando plantea que “es lo mismo el que trabaja noche y día como un buey que el que vive de los otros, que el que mata que el que cura o está fuera de la ley”. A un argentino y a la sociedad argentina les da lo mismo lo que piensen de ellos y por eso un señor como Bielsa se permite decir que “celebro que mi país haya recuperado una fuente tan importante para su futuro” pese a que el principal auspiciador del cuadro vasco es la petrolera española Petronor, de la cual el 86 por ciento es propiedad de Repsol, empresa dueña de YPF.

Visto desde afuera, Argentina es una especie de matrimonio para ser analizado en el diván de un psiquiatra. Por un lado, los políticos argentinos, una casta de personajes obscuros surgida del asalto al aparato estatal argentino y liderados ahora por una señora que aparenta emular a Evita Perón en su populismo empobrecedor, y por otro lado, la gran masa del pueblo argentino que se deja inocular por las más elementales recetas de nacionalismo y populismo. Este matrimonio genera efectos que se seguirán amplificando en la forma de más y más pobreza.

Nuestra hipótesis es la siguiente: si se mantiene esta unión entre los demagogos políticos y el apoyo masivo de una gran masa, Argentina está condenada a hundirse en la miseria y a pobreza. El Titanic chocó en abril del año 1912 con un iceberg gigante, que ocultaba gran parte de su estructura, mientras que Argentina sigue chocando con el iceberg de la mentalidad de la élite argentina que los mantiene sumergidos. Pero, veamos los argumentos básicos.

Como incrementa su riqueza un socialista…

La absurda creencia de parte de la sociedad argentina de que la propiedad pública de la petrolera hará incrementar la riqueza del país no merece mayor análisis. Ya todo está comprobado porque es imposible que un político argentino no vea las expropiaciones como una sencilla manera de obtener una tajada que incremente su riqueza personal…”Siglo veinte cambalache problemático y febril, el que no llora no mama y el que no roba es un gil…”. Y para muestra un botón.

Durante la gestión presidencial del matrimonio Kirchner, la riqueza familiar se ha incrementado en un 710%. Por ejemplo, según medios transandinos, en 2003, cuando llegaron a la Casa Rosada presentaron un patrimonio de $ 6.851.810, y cuando en el 2009, la Kirchner presentó su declaración juró disponer la bonita suma de $55.537.290.

¿Qué nuevos descubrimientos y creaciones han generado los Kirchner que justifiquen este impresionante incremento de patrimonio?. Excepto, claro está, disponer del poder amplio que le otorgan en las urnas...Si se analizan sus informes tributarios, la base de su fortuna es la compra y venta de inmuebles, la adquisición de terrenos a valores que no existen en el mercado, y una destacable capacidad para hacer rendir las rentas y los depósitos a plazo fijo.

De alguna manera directa, el “servicio y sacrificio público” que un socialista le presta a su país, tiene una gran rentabilidad personal. En otras palabras, ¿en dónde está el pueblo argentino que no sale a las calles para combatir a esta lacra y más encima, los apoyan?.

Se lo escuché a un amigo argentino hace tiempo atrás: “el problema de Argentina es que está manejada por políticos argentinos, de raíz justicialista, ávidos de poder, corruptos impenitentes, y poblada por una masa cada vez creciente de argentinos viviendo en condiciones paupérrimas que creen ciegamente en las burdas mentiras y la demagogia del discurso socialista de la Kirchner, mientras las minorías educadas buscan en otras latitudes los espacios para desarrollarse alejados de las prácticas que desde la década del ‘30 del siglo pasado han hundido al país…”. Sin mayores comentarios.

La ilusión de la expropiación de riqueza de la Kirchner…

Desde la lejanía observamos como un piquete de demagogos y políticos justicialistas, liderados por la Kirchner, se comportan como una  barra brava avivando y alentando a su líder mientras anuncia que ha enviado al congreso un proyecto de ley que le permite expropiar la petrolera YPF, controlada por Repsol con un 57,4% del capital.

¿Se puede gobernar en un país donde las barras bravas forman parte de la forma de hacer política?

¿Se puede gobernar un país donde la masa ignorante se deja arrastrar por el burdo nacionalismo?

¿Se puede gobernar en un país en el cual todos se engañan a sí mismos sin ningún desparpajo?...

Este grupo de demagogos políticos justicialistas son hábiles y ladinos. Anticipan que la situación económica empeorará en el futuro cercano, y quieren asegurar fuentes de ingresos para pagar las regalías al pueblo y que les permiten mantenerse en el poder. Para eso, necesitan expropiar fuentes de riqueza de las manos privadas, en la ilusión socialista de que la riqueza continuará fluyendo como un manantial eterno y por sí solo. No saben los bobos socialistas que la riqueza se incrementa en las manos de los que saben generarla por medio de aprovechar las oportunidades y minimizando los riesgos.

Pero, la demagogia del discurso es clara. Ayer, nacionalizaron los fondos de pensiones para apoderarse del ahorro privado de los argentinos, y hoy, nacionalizan el petróleo. La élite informada ha sacado dólares y riqueza en la seguridad de que las expropiaciones se incrementarán. Mientras tanto, la gran masa, que es la que forma parte de los piquetes y sale a las calles, es manipulada mediante triunfos deportivos (los éxitos de Messi son una bonita forma de mantener embobados a los argentinos ignorantes) o bien, le hablan de la guerra de las islas Falkland y que estas son argentinas. Así, mantienen las mentes de los más ignorantes, la mayoría, sumidas en la emoción del gozo deportivo y el odio al usurpador.

Ya hemos dicho que los socialistas son profundamente ignorantes respecto del funcionamiento de las leyes del mercado. Por eso, la Kirchner se permite decir que "somos el único país de América y casi del mundo que no maneja sus recursos naturales, pero hubo motivos más fuertes para tomar esta decisión…Tras la desnacionalización de YPF en 1998, el país se ha convertido en importador neto de gas y petróleo…De proseguir la política de vaciamiento [de YPF], con no producción y no exploración, prácticamente nos convertiríamos en un país inviable, no por falta de recursos sino por políticas empresariales…".

La demagogia de la señora Kirchner es muy básica pero no menos efectiva puesto que ha convencido a la gran masa de argentinos con la ilusión de que los políticos justicialistas –la República Argentina, es decir, todos y nadie-son los más idóneos y preparados para aumentar la exploración y la subsiguiente producción de gas y petróleo. Por enésima vez, en la historia mundial, un socialista se muestra capacitado para generar riqueza mientras al mismo tiempo no cree en el funcionamiento de los mercados.

¿En que se asemeja el Titanic a la Argentina?.

El pasado 15 de abril se celebraron los 100 años del hundimiento del RMS Titanic, el barco de pasajeros más grande y lujoso de su tiempo. Había zarpado el 10 de abril de 1912, desde Southampton (Inglaterra) con destino a Cherburgo, Queenstown, y finalmente a Nueva York. Cuatro días más tarde, a las 23:40 del 14 de abril, el buque chocó con un iceberg al sur de las costas de Terranova, y se hundió a las 2:20 de la mañana del 15 de abril. El siniestro se saldó con la muerte de 1.517 personas, y en esa época se convirtió en el peor desastre marítimo en tiempo de paz.

Argentina es como el Titanic: yace hundido y es objeto de curiosidad en todo el mundo. Muchos lo visitan y observan algunos especímenes de la flora y fauna especial que ha sobrevivido en dichos restos; se le estudia en todo el mundo para evitar su futura ocurrencia; se hacen seminarios y simposios para explicar su derrotero y su futuro. Algunos tienen la creencia de que la naturaleza hará su papel y hará desaparecer dichos restos más temprano que tarde, pero, mientras tanto, observamos admirados como aún sobrevive, aunque sea una cáscara, como símbolo de un pasado que ya fue.

Argentina, considerada una nación destinada a formar parte del primer mundo, chocó en los años ’30 con el “iceberg  peronista”, del cual no han podido deshacerse, y que le ha impedido desarrollar su potencial. La llegada de Perón al poder se produce en plena post segunda guerra mundial con una Europa en ruinas, y un emergente Estados Unidos. En este escenario, Argentina era el “granero del mundo” y, por primera vez en su historia, era un acreedor de los países centrales gracias a las exportaciones de carnes y granos a las potencias beligerantes.

Estas ventas crecientes crearon una gran bonanza económica que permitió a Perón idear y aplicar una nefasta política de bienestar que incluía muchos regalos en la forma de derechos sociales, vacaciones y descanso, planes de vivienda, inversiones en salud y educación, etcétera. Por cierto, estos regalos al pueblo fueron ampliamente capitalizados por las figuras de Perón y su demagógica esposa, Eva Perón, que manejaba una fundación de asistencia social financiada principalmente con fondos estatales y algunos aportes empresarios.

Pero, como los socialistas no comprenden cómo funcionan los mercados, no se percataron de que Estados Unidos, mediante el Plan Marshall, comenzó a ubicar sus propios excedentes agrícolas en Europa lo que limitó el acceso al mercado de los alimentos argentinos. Y a partir de 1950, la bonanza se revierte y la situación económica comienza a empeorar. Perón aplica ajustes al gasto público lo que sería el principio del fin de su régimen populista, y el comienzo de una serie de gobiernos que no pudieron deshacer el entuerto peronista.

Y, todavía, Argentina sigue encallada en el iceberg peronista y en la actualidad, es uno de los países con mayores problemas económicos de la región. Ha sido gobernada en las últimas décadas, además de los peronistas, por regímenes de todo el espectro político, derecha, izquierda, civiles y militares, pero ninguno ha podido o ha querido sacudirse la pesada herencia populista del peronismo que sigue gobernando.

La pregunta a hacerse es ¿por qué el peronismo ha calado tan hondo en la sociedad argentina?. Las grandes masas han endiosado al peronismo y le han entregado más merecimientos de los que realmente tiene porque en los años ’40 el flujo de riqueza era tan intenso que desbordaba hacia toda la sociedad (lo que fue astutamente aprovechado por Evita Perón)…Este flujo incesante de riqueza permitió el surgimiento de una nueva clase política, que se asoció con ese estado de bienestar…Ese estado de bienestar llevó a la entrega de regalos de manera indiscriminada que se financiaba con las ventas al exterior…Cuando las ventas al exterior se detuvieron, el Estado argentino no pudo hacer frente a los compromisos y Perón fue expulsado del poder…Pero, las grandes masas, los descamisados de Evita, continuaban asociando Perón=bienestar…Surgió el peronismo, pero había comenzado la debacle, con altibajos…Y la nacionalización del petróleo de la Kirchner es solo una muestra de la ilusión peronista de que la riqueza se puede crear firmando decretos.

Por eso, los argentinos tienen como himno un tango que dice que “el mundo fue y será una porquería ya lo sé…En el quinientos seis, y en el dos mil también…Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y dublé…Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente, ya no hay quien lo niegue…Vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos…”.

Hoy el Titanic es sujeto de análisis para los estudiosos de diversas ciencias; hoy, Argentina es sujeto de análisis para los estudiosos de otras ciencias.

Argentina, con el liderazgo de raíz peronista no tiene viabilidad ni futuro alguno; está condenada a ser un país del tercer mundo…¡Cuánta razón tienen aquellos que sostienen de que son las ideologías y las ideas las que marcan el derrotero de las personas y sus pueblos!.

PANORAMA Liberal
Viernes 20 Abril 2012

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