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lunes, 30 de julio de 2012

SOCIEDAD ¿Que diferencia a Henry David Thoreau y a Luciano Pitronello?. Día y noche del anarquismo.


¿Que diferencia a Henry David Thoreau de un señor como Luciano Pitronello?. El día y la noche del anarquismo.
Henry David Thoreau (1817-1862) tuvo una importante influencia en el pensamiento individualista de los Estados Unidos y Europa. Fue un escritor estadounidense, poeta, naturalista, contrario a todo impuesto, crítico a la industrialización y progreso, agrimensor, historiador, filósofo y destacado trascendentalista. Es muy conocido por su libro “Walden, la vida en los bosques”, una sencilla reflexión sobre la vida en ambientes naturales, y por su ensayo “Sobre la Desobediencia Civil”, un real alegato a favor de la resistencia individual al gobierno civil en oposición moral a una situación de injusticia.

El pensamiento de Thoreau influenció el pensamiento de las corrientes naturistas que ponen en contraste la vida sencilla con un estilo de vida materialista/consumista. Enfatizaba en el principio de no-agresión y la soberanía individual y su anarquismo no solo rechaza al Estado sino a todas las asociaciones organizadas de cualquier tipo, invocando la autosuficiencia individual completa. Escribía…

“Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentar sólo los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar, no sea que cuando estuviera por morir descubriera que no había vivido. No quería vivir lo que no fuera la vida; ¡es tan hermoso el vivir!; tampoco quise practicar la resignación, a no ser que fuera absolutamente necesaria…

…Quise vivir profundamente y extraer toda la médula de la vida, vivir en forma tan dura y espartana como para derrotar todo lo que no fuera vida, cortar una amplia ringlera al ras del suelo, llevar la vida a un rincón y reducirla a sus menores elementos, y si fuera mezquina, obtener toda su genuina mezquindad y dar a conocer su mezquindad al mundo, o si fuera sublime, saberlo por propia experiencia y poder dar un verdadero resumen de ello en mi próxima salida. Porque me parece que la mayoría de los hombres se hallan en una extraña incertidumbre acerca de si la vida es del diablo o de Dios, y han deducido apresuradamente que la principal finalidad del hombre aquí es “glorificar a Dios” y gozar de él en la eternidad…

…Sin embargo, vivimos mezquinamente, como las hormigas, aunque la fábula nos cuenta que hace mucho fuimos transformados en hombres; luchamos con grullas como los pigmeos; es un error sobre otro error, remiendo sobre remiendo, y nuestra mejor virtud tiene, para esta ocasión, una miseria superflua y evitable. Nuestra vida está desmenuzada por los detalles. Un hombre honrado pocas veces necesita contar más que sus diez dedos, o, en casos extremos, puede añadir los otros diez de los pies y comprar a bulto el resto…

…¡Sencillez, sencillez, sencillez! Que tus asuntos sean dos o tres y no cien o mil; en lugar de un millón, cuenta media docena y lleva sus cuentas sobre la uña de tu pulgar. En medio de este mar picado de la vida civilizada, son tales las nubes y tormentas y arenas movedizas y mil otras cosas a las que hay que atender, que un hombre tiene que vivir haciendo cálculos si no quiere naufragar e ir al fondo y no llegar a puerto alguno, y sin duda ha de ser un gran calculador el que triunfe…

…¡Simplificar, simplificar! En lugar de tres comidas por día, no comas más que una si es preciso; cinco platos en lugar de cien; y reduce todas las demás cosas en esa proporción. Nuestra vida es como una Confederación Germánica, compuesta de pequeños estados, con sus límites siempre fluctuantes, en forma tal que ni un alemán puede decirnos cuáles son sus propios límites en un momento dado. La misma nación, con todas sus llamadas mejoras internas —que, por otro lado, son todas externas y superficiales— es como un establecimiento pesado e hipertrofiado, colmado de muebles y atrapado por sus propias trampas, arruinado por el lujo y los gastos sin cuidado, por falta de cálculo y de un objetivo digno como el millón de hogares que hay en el país; la única cura para ello es una economía estricta, una vida sencilla, más que espartana, y la elevación de los designios. La nación vive demasiado rápidamente…”.

La vida en los bosques de Thoreau representa la visión de un anarquista individualista basada en la paz y el respeto por todos. En cambio, los anarquistas socialistas están enceguecidos por el odio y las bajas pasiones para imponer sus visiones a sangre y fuego. Incluso, a costa del dolor de su propia familia.

LA ENTREVISTA A LA MADRE DE PITRONELLO, UN ANARQUISTA SOCIALISTA.

Erika Schuffeneger es la madre de Luciano Pitronello al que le explotó una bomba en el año 2011 cuando intentaba ponerla en un banco. En una reciente entrevista cuenta cómo su hijo terminó vinculado a grupos anarquistas y confiesa su culpa por no haberlo evitado, pero…antes revisemos algunos párrafos de esa entrevista.

En la revista “Sábado” de El Mercurio, la madre de Pitronello indicó que Luciano es el hijo del medio, y el más débil física y emocionalmente. La familia vivió la infancia de los hijos en Calera de Tango y este niño travieso jugaba a los autitos y cosechaba frutas, por lo que tuvo una infancia feliz. Pero, en algún momento, se vinieron a Santiago a vivir a un departamento en Emilia Téllez, en Ñuñoa, y ahí fue que su familia de desarmó por múltiples razones…Revisemos algunos párrafos de la entrevista…

P: ¿Hoy usted ha logrado entender algo de lo que pasó?

R: Luciano se sentía muy lejano de nosotros como familia. “Me costaba confiar”, me dijo. Claro, si en el momento que más nos necesitó, nadie se ocupó de él, entonces yo siento que esto que pasó fue una rebeldía de él por sus vivencias propias. Él le agarró un tremendo rechazo a todo el sistema capitalista, porque obviamente veía a sus papás que estaban todo el día trabajando.

P: ¿Eso se lo ha dicho él?

R: No, pero uno entiende. Luciano era un cabro normal que se desbandó porque no tuvo el apoyo de sus papás, de su familia.

P: Hay muchos hijos de familias disfuncionales, que no hacen este tipo de cosas. Poner una bomba es un acto criminal.

R: Con lo de la bomba en el banco creo que quiso dañar al sistema, antes que a la gente que lo amaba.

P: ¿Usted cree que él quería ponerle la bomba a usted o a su papá?...¿Esa es su interpretación?

R: Sí.

EL CAPITALISMO, LA FALSA EXCUSA DE LA MADRE DE UN ANARQUISTA SOCIALISTA

Es decir, para la madre de Pitronello, la causa de que su hijo se haya convertido al anarquismo de izquierda se debe al “tremendo rechazo a todo el sistema capitalista, porque obviamente veía a sus papás que estaban todo el día trabajando”. Es decir, la culpa no es de sus padres ambiciosos, exitosos, y exigentes, sino del sistema económico que los manipulaba y les impedía ser como querían. Y, probablemente, al mismo tiempo, Pitronello se considera una víctima de todo el sistema porque no fue bien atendido por sus padres.

En resumen: Pitronello culpa a sus padres, y sus padres culpan al capitalismo. La culpa final es del capitalismo, ¿no será como mucho?. Porque digamos las cosas por su nombre: Pitronello no es una persona normal. Pertenecer a una familia de amplios recursos económicos y con la vida ya resuelta económicamente no puede ser la excusa para cometer actos aberrantes; esta persona tiene problemas psicológicos y no hay otra razón para su comportamiento.

Lo paradójico del caso es que es el mismo capitalismo, que posibilitó que la familia Pitronello tuviera un alto nivel de ingresos, el que haya permitido financiar la recuperación de sus lesiones al ser atendido en clínicas de primer nivel, con un gasto cercano a los $100 millones. Gracias al esfuerzo de unos padres ambiciosos, exitosos y exigentes, Pitronello pudo recuperarse de sus lesiones. Y, probablemente, la familia Pitronello, por su nivel de ingresos, tiene un cierto círculo de amistades que deben haberse alterado con el comportamiento de este integrante de la familia, lo que explica el abandono. Excepto, por la madre culposa.

Es cierto que la madre reconoce que “él nos estaba pidiendo a gritos que le pusiéramos atención. Hicimos todo lo contrario…”, pero indirectamente sigue pensando que la culpa es del sistema. Y esta es solo una falsa excusa porque el capitalismo no puede ser responsable de las decisiones que las personas libremente tomen.

Por ejemplo, en parte de la entrevista dice que “mi ex marido tiene una empresa de arriendo de maquinaria pesada. Yo era la dueña, pero hubo un momento en que me di cuenta de que siempre había algo que comprar, algo que renovar, era una carrera sin fin. Una vez le dije a mi marido antes de separarnos, “¿por qué no nos vamos al sur? Vámonos a pasar la vejez allá”. Pero él no me escuchaba. “No, hay trabajos por terminar, contratos nuevos, cosas que comprar”, me decía. Yo sentía que era una vorágine que no iba a terminar nunca. Y me daba cuenta de que estaba tan comprometida con la empresa, que estaba dejando a mis hijos de lado. Siempre estaba ocupada, no tenía tiempo, con suerte iba a las reuniones del colegio. En esa época Luciano tendría 14 o 15 años…”.

Es habitual escuchar y leer a los socialistas que plantean que “los mercados son crueles”, y asocian al capitalismo los resultados que son los más desagradables posibles, pero se olvidan de los enormes beneficios al aumentar el nivel de vida mediante la presencia de bienes y servicios de enorme calidad. Por eso, Mises plantea que “el capitalismo desproletariza a los trabajadores, aburguesándolos a base de bienes y servicios”.

En este caso, resulta incoherente que la madre de Pitronello disfrute de los enormes beneficios de un nivel de vida obtenido por su propio esfuerzo, pero, al mismo tiempo, culpe al mismo sistema por los costos de sus propias decisiones. Así, en una sociedad libre, cada persona puede moldear su vida de acuerdo con sus propios planes, sin someterse a programas impuestos por funcionarios y burócratas mediante el poder coercitivo de la fuerza pública. Por lo tanto, las personas no necesitamos la tutela de los “buenos gobernantes”, pero debemos asumir la responsabilidad de nuestros actos sin culpar a otros.

Es cierto, sin embargo, que la naturaleza humana puede resultar insaciable si no la educamos. En la actualidad, cualquier persona disfruta de bienes y servicios desconocidos, incluso, para los ricos de la época de sus propios abuelos, pero eso no significa que seamos más felices, porque en cuanto se satisface un deseo, surgen nuevos deseos. Y esta es una característica de la naturaleza humana que no debemos ocultar ni lamentar, porque no existe nada más humano que intentar aumentar siempre la riqueza personal.

Y, por cierto, cada persona es la última responsable de orientar sus esfuerzos de la manera adecuada para alcanzar los objetivos deseados.

¿De qué se lamenta, entonces, la madre de Pitronello si ha vivido la vida de la manera que quiso, libremente, y sin imposiciones externas?, ¿Por qué culpa al sistema económico de decisiones personales de la cual ella es la única responsable?.

UNA CONCLUSIÓN: CUIDADO CON LOS ANARQUISTAS SOCIALISTAS.

Seamos claros: Pitronello es un anarquista socialista, violento, irracional, con una clara visión colectivista, y que basa su accionar enfatizando en un tipo de libertad, la positiva, que debe permitir desarrollar las potencialidades de las personas por medio de la vida social y el colectivo. Por eso, defiende la propiedad común de los medios de producción con el objeto de eliminar la desigualdad económica, lo que los lleva a atentar contra el sistema capitalista.

Sin embargo, no nos confundamos, puesto que el anarquismo tiene otra vertiente individualista que hace hincapié en la libertad negativa, es decir, se oponen abiertamente a todo tipo de control estatal o social sobre los individuos; prefieren la propiedad privada de los medios de producción; son partidarios del intercambio de bienes y servicios a través de los mercados; no se oponen a la desigual distribución de la riqueza aceptándola como una consecuencia de la libre competencia.

Ya hemos planteado que Henry David Thoreau tuvo un enorme impacto en el pensamiento individualista en muchos países, y por eso no debemos confundirlo con el accionar de un anarquista de izquierda como Pitronello.

Es cómodo culpar a otros de los propios fracasos, pero en una sociedad libre, los beneficios y los costos de los acciones deben ser asumidos por la propia persona lo que le permite modelar su conducta de manera que genere la mayor utilidad posible. El capitalismo es una bendición para la especie humana porque ha posibilitado una notable mejora de nuestra calidad de vida, pero no lo culpemos de los resultados de los actos humanos realizados por personas libres y plenamente responsables. Estemos atentos al doble estándar de la mentalidad socialista, incluyendo a la anarquista.

PANORAMA Liberal
Lunes 30 Julio 2012

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