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sábado, 15 de septiembre de 2012

Sociedad LOS BURÓCRATAS COMO ARAÑAS DE LOS RINCONES

¿En qué se parece una araña del rincón a un burócrata?. En que ambos viven en la oscuridad; una, en la oscuridad de los rincones de las casas y a otra, en la oscuridad de las grandes instituciones...

Todos hemos caído alguna vez en las manos y garras de un burócrata que, en función de su cargo, nos muestra que la mantención de las normas y sistemas es mucho más importante que la satisfacción de las personas que buscan dichos servicios.  Son como las temidas arañas de los rincones que, en la oscuridad, tejen sus redes para capturar a la indefensa presa, y en nuestro caso, al indefenso ciudadano que intente ingresar a su guarida.

Por supuesto que la burocracia tiene aspectos positivos y por eso, se la cataloga como una forma de organización humana que basada en la racionalidad, en la adecuación de los medios a los objetivos pretendidos, garantiza orden y eficiencia en la búsqueda de esos objetivos. Por ejemplo, Weber señalaba que el sistema moderno de producción, racional y capitalista, se originó a partir de un nuevo conjunto de normas morales, a las cuales denominó "ética protestante", y que consistían en el trabajo duro como un regalo de Dios, ahorro y ascetismo. Y el orden era relevante.

Sin embargo, Weber también consideró la burocracia como un tipo de poder que ejercen ciertas personas transformando los medios en fines.

UN INTENTO DE DIÁLOGO CON UN BURÓCRATA

Con un burócrata no se puede dialogar porque antepone las normas y procedimientos, cuando le conviene, al sentido y juicio común. Este tipo de personas puede ser útil en ciertos tipos de cargos, pero en otros es nefasto.

A continuación, transcribo una conversación sostenida con un burócrata municipal que debía recibir los antecedentes con el fin de dar vida a una corporación que se regiría con una nueva normativa recientemente emitida.

 - Buenos días, ¿en que les puedo ayudar? – plantea el burócrata de entrada. ¿Ayudar?, ¿quién le ha pedido ayuda?. Bueno, es una forma de expresarse.

 - Queremos inscribir la corporación cuya acta y estatutos tenemos aquí …

 - A ver, veamos el acta y los estatutos -alarga la mano con gesto displicente y comienza a leer someramente- ¡Hummm!..Aquí hay un error…dice “Santiago Centro” y debe decir “Providencia”…¡ya está mal el documento!

 - Tiene la razón…lo enmendaremos…

 - Veamos los fundamentos del acta…¿Cuántas personas integran la corporación?, ¿tres personas?...No puede ser, mi experiencia y conocimientos me indican que deben ser al menos cinco…en otras partes les exigen 10 o más personas…¿Cómo van a hacer una corporación con tres personas?...Pero, ¿Qué leo aquí…política?. No puede ser…una Corporación no puede ser política…para eso están los partidos políticos… hay que eliminar esa palabra… ¿Liberalismo?...Ya he dicho que no puede ser nada de política…¿liberales?...menos…¿Recabar fondos…dice aquí que tendrán ingresos?... No puede ser…una corporación no puede recibir dineros…Hay muchas cosas que deben arreglar antes de presentar el acta de constitución de su entidad, porque la ley debe ser respetada…

 - ¿En qué parte de la ley dice que deben ser más de tres personas?...

- No sé si lo dice, pero lo digo yo –responde.

 - ¿En qué parte de la ley dice que una corporación no puede hacer política con mayúscula…?.

 - No sé si lo dice, pero lo digo yo…

 - ¿En que parte de la ley dice que no se pueden recaudar fondos para los fines de la corporación…?

 - No sé si lo dice, pero lo digo yo…

 - ¿Usted ha leído la nueva ley?...

 - Solo un poco….pero tengo las atribuciones que el cargo me confiere –mientras tanto, busca el texto de la nueva ley para darle una ojeada.

Con un burócrata de estas características no se puede dialogar porque cree que su autoridad proviene de la legalidad y racionalidad de ciertas normas y procedimientos que aplica, en muchas oportunidades, utilizando una total falta de juicio.

LA AUTORIDAD LEGAL O RACIONAL: LA BUROCRACIA

Este tipo de burócratas basan su accionar en la creencia que la autoridad de que disponen es justificada porque proviene de un conjunto de preceptos o normas que consideran legítimos y que todos deben obedecer dado que  “la comunidad eligió al alcalde quién nos eligió a nosotros, por lo tanto, nosotros representamos a la comunidad”. De aquí proviene su fuente de poder.

Por lo tanto, estos burócratas se consideran los depositarios de las leyes y su correcta interpretación, defendiendo acérrimamente  la forma en que han sido puestas en vigencia. Consideran que todos deben obediencia a este conjunto de normas y reglamentos legales, previamente establecidos, porque la dominación legal se basa en la justicia de la ley como fundamento legitimador.

Al final, estos funcionarios interpretan las leyes como les da la gana sin posibilidad de poder enmendarles la plana, ¿Cómo hacer para convertirlo en una persona útil?.

LOS BURÓCRATA COMO ARAÑAS DE LOS RINCONES

El problema actual de muchos países es el enorme poder del Estado y de las grandes Corporaciones que manejan complejos sistemas difíciles de seguir, administrar y controlar. Este es el caldo de cultivo ideal para que proliferen y hagan nata los funcionarios tipo burócratas, fanáticos de los proceso y los procedimientos que creen que es la gran solución a la complejidad que enfrentan, ¿qué mejor que un funcionario que respete los procedimientos de modo de lograr la uniformidad?. Pero, las normas son un medio y no un fin en sí mismas.

Por eso, se deben transformar los burócratas de “funcionarios legítimos” a “funcionarios legitimados” por la ciudadanía a la que sirven. Y la mejor manera de avanzar consiste en empoderar al ciudadano medio, informarlo respecto de sus derechos y comunicar plazos y procedimientos claramente definidos para realizar ciertos trámites.

Pero, siempre surgirán áreas oscuras y grises en la cual estas “arañas de los rincones” tejerán sus redes para capturar a los ciudadanos que osen interrumpirlo en su eterno “no hacer nada”. En este contexto, aparecen por arte de magia, más y más circulares, resoluciones o disposiciones especiales, algunas de ellas de dudosa legalidad, que incrementan la selva de normativas burocráticas.

¿Cómo enfrentar a estas “arañas de los rincones burocráticos”?. En primer lugar, el burócrata siempre es un manifiesto incompetente que usa la excusa de la norma para tomar decisiones. En general, saben muy poco de sus responsabilidades y usted podría pasarse todo un día en una institución sin que nadie  sea capaz de indicarle cuál es el procedimiento para realizar el trámite más sencillo. Al final, siempre lo envían a la oficina equivocada, le piden algún documento que nadie le había pedido y cuando le niegan su derecho lo harán sin explicarle por qué. Es totalmente cierto aquello de que el burócrata para cada solución tiene un problema.

Por lo tanto, se requieren serios procesos de reclutamiento y evaluación de personal, basados en obtener resultados concretos y precisos; iniciativa; proactividad; etc.

En segundo lugar, las posibilidades de cambio son ínfimas si no se modifican las instituciones que cobijan a estas arañas de lo rincones de la burocracia. Por ejemplo, el nombramiento de líderes y funcionarios de alto rango, elegidos por afinidades políticas, que se rodean de personas sin iniciativa y que solo saben decir “si, señor”.

Los burócratas de alto rango no quieren correr riesgos y necesitan subordinados que se sujeten a la legalidad a toda costa, sean capaces de soportar las presiones ciudadanas, y, paradójicamente, las presiones de sus propios superiores que los usan de excusa ante cualquier problema.

En tercer lugar, la formación ética de los burócratas es muy particular. Parece que se conforman con los sueldos que ganan, pero son incapaces de resistirse a las tentaciones diarias a las que son sometidos. En otras palabras, la oscuridad en la que trabajan impide llegar a un nivel de sueldos lo suficientemente atractivos como para evitar que un funcionario se corrompa.

Los funcionarios de las empresas públicas y privadas deben estar al servicio de los ciudadanos y de los clientes, ya que son estos  los que les pagan los sueldos. Resulta difícil imaginar cuan sencilla sería la vida de una persona si al entrar a una oficina le explicaran con claridad los pasos que debe dar en su trámite, las leyes que lo amparan, los derechos que tiene, el tiempo de demora y que además no le insinúen algún pago no considerado.

Hemos creado enormes Estados y grandes  conglomerados que son los hábitats adecuados para que las arañas de los rincones se desenvuelvan con total impunidad y desparpajo. Requerimos una sociedad más abierta y de instituciones más pequeñas y humanas, al servicio de los ciudadanos.

Sin embargo, los enemigos de las sociedades libres y abiertas siempre presionan para crear grandes instituciones controladoras y dirigistas, afanosas para intentar dirigir el progreso, y que pueblan con burócratas que creen ser las personas elegidas para gobernar en este ambiente.

Los ciudadanos no podemos someternos a los caprichos de los burócratas y cumplir estoicamente con todos sus requerimientos, indicados en la ley o inventados, con el fin de evitar el enfrentamiento porque genera menores costos y problemas. La única opción es enfrentarse al burócrata para reducir la arbitrariedad de modo que todos cumplan la ley. Incluso, el burócrata.

PANORAMA Liberal
Sábado 15 Septiembre 2012

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