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lunes, 31 de diciembre de 2012

Álvaro Bardón LA CONCERTACIÓN NO PUEDE MEJORAR LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO.

Siempre vale la pena recordar al gran Álvaro Bardón y su mensaje lleno de sabiduría y precisión. Por ejemplo, como nos indicaba en el año 2007 que la Concertación no puede mejorar la distribución del ingreso. Brillante.

La Concertación no puede mejorar la distribución del ingreso, porque su diagnóstico y sus propuestas socialistas populistas, de más de medio siglo atrás, de Estado benefactor -semillero potencial de incontables irregularidades-, inhiben la iniciativa popular, desalientan el trabajo y el estudio, suben el IVA regresivo, limitan el desarrollo de la educación, forman guetos poblacionales planificados, agravados por el "Transanlagos" y, en fin, hacen todo lo posible para hostigar a pobres y marginados que desean vender algo o trabajar.

Practican, además, una política de drogas que fomenta la inseguridad, el robo y el crimen, en especial entre pobladores, como lo vemos todos los días en la televisión.

De repente, nuestros diputados e intelectuales dictarán una ley que prohíba el desempleo y la pobreza, así como a diario inventan tonteras costosas e inútiles para protegernos de todo lo moderno y desconocido, sacrificando nuestra libertad.

Ya estamos cerca de la pensión universal y de una jornada laboral de un día a la semana, para pasar el resto del tiempo "en familia". ¿A qué familia se referirán? ¿A la que la Concertación fomenta, sin pareja, sin padres, sin proyecto educacional (salvo el oficial) y, en fin, "sin hijos" y, quizás, sin seres humanos que depreden el planeta y que, en consecuencia, deban, como dicen los ecologistas, desaparecer?

Dirán: ¡Qué exagerado y mentiroso, este Bardón!

¿Sí? Lea a los ecologistas de verdad, a Gramsci y a la nueva izquierda, o mire cómo se extinguen los europeos del Estado benefactor.

La distribución del ingreso empeora cada vez que los diputados se suben el sueldo, que ya supera muchas veces el salario mínimo, o cuando aumentan el gasto público, todos los días, en leseras variadas e inútiles -platas para los del régimen, directores, parlamentarios, superintendentes, ministros y miles de inspectores "para regular" a los chilenos tontos y con ganas de trabajar.

Con reglas laborales de libertad, en Chile trabajarían unos dos millones más, y se dejaría de discriminar a mujeres, discapacitados, pobres poco calificados, jóvenes y viejos.

Si no existiera control estatal para las empresas chicas, ¡para qué les explico cómo aumentarían el ingreso y el bienestar de las masas! Si cerramos el ministerio del Ocio -¡perdón!, del Trabajo-, clausuramos el llamado de Educación y les damos los colegios a los padres y a los alumnos un bono para elegir, ¿les explico cómo mejoraría la calidad con la competencia?

Mire, incrédulo, lo que pasa en Suecia, Estados Unidos o Nueva Zelandia, y léase un folleto de economía para tontos, para que vea cómo los mercados libres siempre tienden al equilibrio; ¡en el caso del laboral, al pleno empleo!

Incorporando más gente al baile productivo, el crimen y los robos se reducirían significativamente. Y las mafias de narcos desaparecerían si elimináramos el prohibicionismo.

Además, con un impuesto a las drogas, podríamos atacar en serio la adicción, no como ahora, donde la fórmula socialista represiva acentúa el problema.

Hay que denunciar las viejas y fracasadas políticas de la Concertación. Pero, ¡claro!, para hacerlo hay que tener una propuesta liberal y atreverse a decir la incorrección de que el estatismo populista es el problema. El capitalismo liberal, no el de Estado, erradica la pobreza. El socialismo es la ruina. ¿Habrá que demostrarlo otra vez, después de un siglo de millones de muertos, por hambre y violencia?

Fuente: El Mercurio, Mayo 10, 2007

PANORAMA Liberal
Lunes 31 Diciembre 2012

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