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lunes, 17 de diciembre de 2012

Economía FREIRINA Y LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO

Freirina o como matar a la gallina de los huevos de oro

Érase una vez un pueblo llamado Freirina, ubicado en el norte de Chile, tan pobre que a sus habitantes les costaba subsistir. Se lamentaban y levantaban banderas negras para manifestar su pena y decepción por no tener futuro para sus hijos. Y resulta que un día un empresario apareció y les dijo:

 - Buenas personas, he escuchado sus lamentos y voy a hacer que vuestra fortuna cambie…Instalaré una planta procesadora de cerdos aquí que les permitirá mejorar vuestra vida…

El empresario desapareció y al poco tiempo se terminó de construir la planta. A los meses siguientes, ¡oh sorpresa!, muchos encontraron empleo en dicha planta lo que les permitió mejorar su nivel de vida.

Así pasó el tiempo y cada fin de mes había ingresos en muchas familias del otrora pobre pueblo… ¡Por fin la fortuna había llegado a Freirina! Todos estaban felices. O parecían.

El éxito es la contracara del fracaso, y fue así como poco a poco, con los nuevos ingresos y el creciente bienestar, surgió la arrogancia y algunos comenzaron a esparcir la cizaña del odio. Por ejemplo, comenzaron a incitar a los habitantes del pueblo de que no podían seguir soportando los malos olores que generaba la planta…Ya no tenían hambre, pero si había espacios para otras exigencias…Merecían un mejor trato de la empresa…Así, una insensata locura hizo presa su corazón y pensaron:

 - ¿Por qué nosotros debemos seguir soportando estos malos olores?, ¿Por qué no se van a otra parte?...

Y así lo exigieron, bloqueando caminos y perturbando el orden público de la zona. La planta cerró y los olores se terminaron, pero a causa de esa torpe arrogancia, aumentó la cesantía, desaparecieron los ingresos y Freirina malogró la fortuna que tenían a su disposición.

***

El criadero de cerdos que la empresa Agrosuper mantenía en la localidad del Valle del Huasco, Freirina, era la gallina de los huevos de oro de la zona. Pero, como la riqueza ajena siempre perturba la mente de los socialistas y los motiva a mostrar todo su resentimiento, no titubearon en liderar todo tipo de acciones que siempre cumplen con tres grandes metas…

PRIMERA META: AUMENTAR LA POBREZA A TASAS CRECIENTES

Lo hemos dicho reiteradamente: el socialismo es el gran procreador de pobres de la historia humana porque ¿puede alguien reconocer la prosperidad en algún país socialista excepto, claro está, en la élite gobernante que se enriquece a tasas crecientes?.

Cualquier persona podría alcanzar la prosperidad personal si los gobiernos socialistas no estuvieran tan interesados en interferir la creación de riqueza con regulaciones abusivas y excesivas. En el mejor de los casos, las buenas intenciones de los políticos son solo eso: buenas intenciones.

SEGUNDA META: AUMENTAR LAS REGULACIONES PARA MINIMIZAR LA COMPETENCIA…

..Y así propiciar la concentración económica y el abuso empresarial. El que las empresas actúen de esta manera es una demostración cabal de su poder; no dudan en mantener las operaciones a sabiendas que están causando externalidades negativas…¿Por qué actúan de esta manera?.

Estas empresas chantajean a la sociedad por el lado de la generación de empleos; entregan empleos a cambio de hacer lo que se les ocurra. Y la causa de este comportamiento es la minimización de la competencia en muchos mercados producto de la excesiva regulación a la que son sometidas las empresas en Chile.

El “valle de la muerte empresarial” en Chile es demasiado amplio. Los pequeños empresarios tienen apoyos mientras sigan siendo pequeños, pero apenas alcanzan un tamaño que los hace visibles, sus operaciones son intervenidas por regulaciones abusivas. Así pasa en gran parte del mundo, y pasa en Chile.

TERCERA META: PROPICIAR UNA SOCIEDAD DE PERSONAS SIN INICIATIVA E IGNORANTES…

…Porque la cruel realidad es que a los socialistas no les interesa un pueblo educado y que pueda pensar por sí mismo, preparado para el esfuerzo duro, exigente con los resultados de su propio esfuerzo. En cambio, prefieren procrear una sociedad de personas dependientes del gobierno socialista de turno y a la que puedan manipular con dádivas. Por eso, decimos que disponer de un pueblo ignorante es la gran meta de un socialista.

Algunos creen que la comunidad de Freirina actuó correctamente al impedir que la empresa mantuviera sus operaciones en las condiciones indicadas. Es posible que así haya sido, pero es dudoso que los líderes del movimiento pusieran sobre la balanza los pros y los contra y lo más probable es que se hayan aprovechado de la ignorancia e ingenuidad de las masas para provocarlas con un mensaje basado en la emocionalidad y “la defensa de sus derechos” para hacerlas salir a las calles a pedir que se implementen ciertas acciones que, más temprano que tarde, se volverán en contra de ellas.

Una sociedad verdaderamente empoderada es capaz de negociar de otra manera; nadie puede negociar si le apedrean el rancho. Pero, para esto se requieren líderes con visión de largo plazo que preserven el bienestar de la comunidad. Por eso, este caso no representa a una sociedad empoderada sino que a una sociedad manipulada.

CONCLUSIÓN:

Este es el gran dilema al que nos enfrenta Freirina: ¿Cómo un país pobre y del tercer mundo puede lograr la prosperidad si se exigen regulaciones y exigencias propias del primer mundo?.

Esta cuestión no implica que debemos permitir a las empresas hacer lo que se les ocurra pero debe haber un necesario equilibrio entre la búsqueda de la prosperidad y los costos asociados. En especial, hace falta más competencia que impida que se generen enormes proyectos de escala nacional estacionados en pequeñas comunidades que asumen todos los costos.

Decimos que la sobreregulación lleva a las empresas a la búsqueda de las economías de escala. Por lo tanto, la expansión natural de las empresas es contrarrestada por mayores regulaciones gubernamentales que aumentan los costos lo que lleva a las empresas a continuar aumentando su tamaño para reducir sus costos. Y, a la pasada, expulsan a la competencia emergente.

En la actualidad, los intelectuales socialistas creen que el progreso de los países se mide en las dimensiones económica, social y ambiental, pero si bien esto puede ser válido para los países desarrollados, existen dudas razonables para un país como el nuestro: con concentración económica, sin empleos de calidad y muy precarios. ¡Situaciones generadas por políticas socialistas basadas en regulaciones abusivas y excesivas!.

Entonces, a la larga, los socialistas “defensores de los trabajadores” promueven acciones que van en contra de los mismos trabajadores. Cruel paradoja, triste realidad la de matar la gallina de los huevos de oro, y por eso planteamos que subdesarrollo no es una cuestión material sino mental.

PANORAMA Liberal
Lunes 17 Diciembre 2012 

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