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viernes, 31 de mayo de 2013

Economía. CAPITALISMO DE ESTADO O LOS ABUSOS DE LA FALTA DE COMPETENCIA EN LA BANCA CHILENA.

Jorge Awad (¿ex comunista o socialista?), satisfecho, repantigado en un salón. Así son los banqueros: satisfechos por la graciosa y enorme rentabilidad de una industria muerta y muy poco innovadora.
Durante el pasado mes de abril, la Corte Suprema emitió unos fallos que estremecieron los mercados del retail y financiero, y pusieron de moda en la prensa y en las conversaciones de pasillo las palabras “abuso de los consumidores”. Llamó la atención el fallo contra Cencosud a la que condenó por cláusulas abusivas y cobros improcedentes en sus tarjetas de crédito, estableciendo que si una empresa decide prestar dinero a personas insolventes debe hacerse responsable de asumir el riesgo y, por otro lado, consideró un atentado a los derechos de los consumidores la figura del “consentimiento tácito” que implicaba, en la práctica, que las  empresas podían cambiar las condiciones o costos de los contratos solo avisando con una cierta anticipación. Surgió, entonces, el concepto del “conocimiento expreso o explícito” necesario para cautelar dichos derechos.

Al mismo tiempo, se hizo público el acuerdo de BancoEstado, el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) y la Confederación Nacional de Consumidores y Usuarios (Conadecus) para restituir todos los fondos cobrados como comisiones abusivas a los miles de clientes de la entidad bancaria que tenían cuentas de ahorro a la vista desde el año 2003.

Con todo este rumor de fondo, la autoridad política contestó al clamor de la calle el pasado 30 de abril por medio de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (Sbif) que derogó las normas que permitían a los bancos y cooperativas subir las comisiones en forma unilateral a sus clientes, para adaptarlas a las regulaciones del Sernac Financiero. Además, comenzó a evaluar la misma situación en el retail.

¡Y EN EL SECTOR FINANCIERO ARDIÓ TROYA!

El primero que saltó al ruedo de los indignados banqueros fue el presidente de la Asociación de Bancos (ABIF), Jorge Awad, quién indicó que la modificación a la citada normativa terminaría provocando profundos cambios en el sector. En términos precisos, indicó que “en lo que nos tenemos que poner de acuerdo con la Superintendencia es que los contratos indefinidos dejaron de existir. Van a tener que tener todos los clientes contrato fijo. Esa es la consecuencia práctica. Se acabaron en Chile por esta torpeza los contratos indefinidos…Yo no voy a aceptar que el día 30 se saca una circular, que se borra y no se reemplaza por nada. No es posible que se destruya sin volver a construir…Pediré al ministro de Economía una audiencia, para decirle que todo lo que se habla de interconectividad, todo lo que se habla de bancarización, por favor se haga compatible con las medidas de protección al consumidor. No voy a aceptar que la protección del consumidor sea una medida circunstancial a los momentos políticos que se viven…No quiero pensar que estamos entrando a un sistema de fijación de precios…No voy a aceptar que medidas irresponsables la pongan en juego”.

Al parecer era tan cómoda y placentera la vida en el sector bancario que una simple normativa resultó ser la diferencia entre la vida y la muerte. Claro está que esta simple normativa simplificaba la vida de los bancos a un nivel increíble porque les permitía que sus clientes firmaran contratos que podían modificarse con un sencillo aviso, es decir, modificarse para aumentar los pagos que debían hacer los clientes…

¿Cómo no iba a ser maravilloso que la banca pudiera modificar sus precios sin ninguna negociación de por medio?. Por ejemplo, ¿se imagina que usted pudiera aumentar su sueldo solo informando a su jefe que lo iba a hacer?. Pues, así funcionaba la banca chilena y lo más extraño es que ¿cómo no se les ocurría pensar que esa asimetría se debía, como única razón, a su enorme poder?, ¿Cómo podía ser natural que un proveedor modifique los costos de sus servicios sin negociar por ello, basado solo en su tamaño relativo y en las altas barreras de salida?

Lo más llamativo de esta pseudo guerra de Troya, es que el gerente general de Santander, Claudio Melandri, se atrevió a afirmar que “si las modificaciones actúan en la práctica como una fijación de precios se producirán barreras de entrada que reducirán la competencia…”. Y, al mismo tiempo, el gerente general de BBVA, Manuel Olivares, indicaba que “lo importante acá es la competencia. Acá sólo están pensando en el alza de las comisiones. Cuando se fijan precios, muchas veces no se pueden bajar…”.

¿Fijación de precios?, ¿de veras consideran los banqueros que es una fijación de precios?...

¿Realmente les importa a los bancos y a los banqueros mantener altos niveles de competencia?, ¿o es todo lo contrario?...

¿Cómo podría reducir los niveles de competencia del sector bancario la simple eliminación de una norma claramente asimétrica?...

¿De qué competencia nos hablan los banqueros?...

¿Es competitivo un sector en el que los consumidores insatisfechos quedan amarrados de por vida a un prestador de servicios?

¿Es competitivo un sector con tan altas barreras de entrada?

¿Por qué algunos banqueros cometen el error de indicar que estamos en presencia de fijación de precios cuando pueden modificar las tarifas pero informando a sus clientes?

CAPITALISMO DE ESTADO, LA RAZÓN DETRÁS DE LOS ABUSOS DE LA BANCA

Los socialistas de la prensa y sus políticos han impuesto la palabra “abuso” para referirse a ciertos comportamientos, supuestamente  abusivos, de grandes empresas en relación a los consumidores. Como en todo orden de cosas, cada uno lleva a su molino lo que le conviene y a ninguno de ellos parece importarle los enormes beneficios que prestan dichas compañías, porque solo se pone énfasis en ciertos aspectos de la relación que deben ser mejorados, ¿qué duda hay en ello?. Sin embargo, la verdadera pregunta es: ¿por qué razón surgieron tan grandes empresas en una economía tan pequeña como la nuestra?, ¿Por qué razón algunos mercados se concentran en demasía?.

En realidad, los primeros abusadores han sido los políticos de matriz socialista que, al no creer en la competencia, intervienen los mercados por medio de una serie de regulaciones que propician la concentración de los mercados y provocan el surgimiento de pocas y muy grandes empresas. Es lo que conocemos como Capitalismo de Estado: mercados concentrados debido a la excesiva regulación de las autoridades.

En este Capitalismo de Estado, las empresas disponen de un poder de mercado que los hace insensibles a sus consumidores porque los políticos les han entregado un poder que les hace sentirse dueñas de los mercados con la capacidad de determinar que está mal y que está bien. Además, se les facilita ponerse de acuerdo y repartirse el mercado de la manera menos destructiva posible…Porque ellos saben que la competencia es un proceso destructivo que siempre aniquila a los menos eficientes, pero que gracias a los políticos socialistas les permite tener utilidades enormes.

Por eso, se coluden y se reúnen en forma periódica para velar por sus intereses; financian asociaciones de bancos, de farmacias y del retail para pasarles la cuenta a los políticos a los que financiaron sus campañas; apuntan con el dedo a los medios que no plantean sus puntos de vistas. A estas grandes empresas concentradas y hambrientas de utilidades fáciles solo les interesa el status quo; que nadie mueva una hoja de sus mercados…

Entonces, no puede extrañar que durante el año 2012, la utilidad total de los bancos fuera de $ 1.604.498 millones, equivalentes a US$ 3.352 millones, de acuerdo a lo informado por la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF). Además, el Banco de Chile, la segunda entidad del país, ha liderado las ganancias en 2012, con beneficios por $ 465.851 millones (US$ 973,3 millones) entre enero y diciembre del 2012 y que el banco Santander Chile, la mayor institución financiera del sistema por activos, ocupó el segundo lugar con utilidades por $ 392.592 millones (US$ 820 millones).

Sin embargo, durante el año 2012, las utilidades del sistema bancario chileno terminaron cayendo en un 7,43 % interanual por un alza de las provisiones y los gastos asociados a los créditos, pese al positivo desempeño de la demanda interna, ¿Por qué?. Porque la banca tiene  un comportamiento anti-cíclico: le va muy bien cuando a todos les va muy mal y viceversa.

El sector bancario en Chile y en muchas partes del planeta es un mercado muy imperfecto, es decir, un mercado en el cuál la oferta y demanda se encuentran intervenidas, condicionadas o alteradas por regulaciones que impiden su normal evolución. Durante años, los políticos socialistas han intervenido el mercado bancario mediante disposiciones y regulaciones que han propiciado su concentración porque, al parecer, es más fácil controlar a pocos que a muchos.

Y, también, durante años la banca, graciosamente, se ha dejado regular porque eso le permite obtener beneficios que son extraordinarios. Los Estados modernos han visto a la banca como un ente que debe ser controlado y puesto al lado del poder. No extraña que en las crisis los bancos no quiebran; los bancos son financiados a costa de los contribuyentes.

 Al final, la banca es una industria muerta que genera enormes beneficios, pero que ya no innova. Por ejemplo, ¿qué tienen de extraordinarios los servicios que presta la banca en la actualidad?, ¿en qué se diferencian los servicios que prestan hoy de los que se prestaban antaño?. Lo único que ha cambiado ha sido la tecnología que ha propiciado mejoras impensadas.

El Capitalismo de Estado es el modelo socialista para generar riqueza en base a mercados muy concentrados, anticompetitivos y muy poco innovadores, y así no es posible el desarrollo económico.

¿Lo entenderán los socialistas de mercado como Jorge Awad (¿ex comunista o socialista?)?. No creo, a éste solo le preocupa sus beneficios personales.

PANORAMA Liberal

Viernes 31 Mayo 2013

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