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domingo, 11 de enero de 2015

Economía LOS VERDADEROS OBJETIVOS DE LA REFORMA LABORAL SOCIALISTA

¡No cabe duda que los socialistas son expertos en empobrecer países y personas...!..¿dudas?...Solo pregúntele a estas dos personas...¡si puede...!
La socialista Bachelet ha procedido a firmar el proyecto de reforma laboral con el cual pretende "que las chilenas y chilenos puedan acceder a un trabajo de mejor calidad…Hoy que damos a conocer esta agenda laboral quiero hacer un llamado a informarse y a no mirar con prejuicios este conjunto de medidas, invitar a todos los sectores a sumarse a un debate constructivo para que logremos los acuerdos necesarios para que Chile tenga relaciones laborales modernas…".

De acuerdo a lo informado en la prensa, la socialista Bachelet ha precisado que la agenda laboral del gobierno intenta cumplir tres objetivos. En primer lugar, pretende mejorar la calidad y productividad del empleo y aumentar la participación laboral de los grupos que más lo necesitan; en segundo lugar, pretende fortalecer y mejorar la institucionalidad para lo cual se enviará un proyecto de ley al Congreso que moderniza y fortalece a la Dirección del Trabajo y, en tercer lugar, busca generar un mayor equilibrio en las relaciones entre empresa y trabajadores y perfeccionar la negociación colectiva.

Lo anterior es el motivo para que los burócratas socialistas planteen que “hemos llegado a la convicción que lo que estamos presentando es un proyecto bueno para el país. Este no es un proyecto de uno contra otros, no es para unos pocos; es un proyecto para Chile, es un proyecto para la clase media, que hoy quiere llegar a su trabajo tranquilo, que lo escuchen, a tener una contraprestación justa. Este proyecto va a dar respuesta a muchas de esas necesidades”.

¿Cómo se puede ser tan obtuso y cegado a la realidad?. Solo en mercados libres y competitivos la riqueza fluirá adecuadamente, mientras que en caso contrario, la riqueza fluirá hacia las manos que estén más cercanas al poder, empobreciendo a las grandes mayorías y dejando fuera de los empleos valiosos a los más competentes para aumentar la productividad…

¿CUÁLES SON LOS VERDADEROS OBJETIVOS DE LA REFORMA LABORAL SOCIALISTA?

Es lógico que los socialistas presenten y defiendan este proyecto de reforma laboral que tiene como base ideológica el considerar el trabajo como una especie de esclavitud que debe ser combatida por medio de medidas que defiendan a los supuestos abusados de los supuestos abusadores. Esta visión del trabajo, proviene del siglo pasado, y refleja que los socialistas mantienen sus creencias al respecto pese al paso de los años. Los socialistas plantean la hipótesis de que el capital y el trabajo están enfrentados porque el primero de ellos se lleva la mayor parte de los beneficios de la actividad de producción, la denominada plusvalía. Es decir, los resultados de la producción se distribuyen de una manera inequitativa por lo que se requiere la intervención de la autoridad para igualar dicha distribución. En otras palabras, la visión socialista mira hacia dentro y se concentra en los procesos de producción.

Sin embargo, olvidan que lo que se demanda en realidad –y al final, lo que se paga por ellos- no son los factores productivos en sí, capital y trabajo, sino los servicios que prestan y las necesidades que satisfacen de mejor manera. Así, los precios que están dispuestos a pagar las empresas por los citados factores de producción va a depender de dos cosas: la productividad y el precio del bien final. En primer lugar, la productividad laboral es la utilidad que presta el factor en el proceso productivo y su aporte a la fabricación del bien final y, en segundo lugar, el precio del bien final determina el precio del factor. Por eso, la demanda del factor se llama demanda derivada porque depende de la demanda del bien que contribuye a producir.

Por ejemplo, una actriz estaba en desacuerdo con el hecho de que los canales de TV nacional hayan reemplazado las teleseries nacionales por extranjeras. Decía esta actriz que “esta situación está generando desempleo en el sector lo que es muy negativo…Alguien debe hacer algo”. Y no faltará aquel que le encuentre razón a esta crítica y pretendan obligar a los espectadores a observar productos nacionales de pésima calidad. Es decir, la citada actriz nada dice respecto de que las teleseries nacionales son unos verdaderos bodrios con pésimos guiones, llenos de groserías, repetitivos hasta el cansancio, actores y actrices con actuaciones mediocres, y que ya no entretienen ni son productos atractivos. La causa del desempleo de actores u actrices es que las teleseries nacionales ya no entretienen al público y la única manera de revertirlo es mejorando la producción en forma integral desde los guiones, escenarios y actuaciones.

Las reformas socialistas de los mercados laborales siempre se concentran en defender supuestos derechos de los trabajadores olvidando que son una demanda derivada de los mercados finales pero, ¿qué pasa si dichos mercados finales no son competitivos?. Los mercados laborales de muchos países son el resultado concreto del modelo neosocialista, interventor de mercados libres, generador de mercados de bajos precios y consecuentemente, bajos salarios. En otras palabras, los mercados finales de productos y servicios son no competitivos y controlados por grandes empresas que estimulan la nula competencia y nula innovación que termina en bajos salarios. Por lo tanto, en el modelo neosocialista no se puede cumplir el primer derecho de cualquier persona que consiste en disponer de un empleo de calidad en el que pueda ser un aporte para una sociedad y el segundo derecho es exigir formar parte de una sociedad que entregue altas oportunidades de progreso y movilidad social.

Las reformas socialistas siempre se olvidan de los deberes, innovación y libre competencia. Así, si un trabajador no aporta a la productividad de una empresa, ¿por qué razón persiste en mantenerse en ella?. Por ejemplo, en un reportaje en la prensa se mostraba el caso de temporeros que, en su hora de colación, comían en el suelo. Las críticas se centraron en el empleador pero pocos se hicieron las siguientes preguntas: ¿estaban satisfechos los trabajadores con dicha situación?, ¿Por qué razón no cambiaban de empleo?. Y la causa central de dicha situación era la alarmante falta de oportunidades de empleo para ese tipo de personas que las obligaba a trabajar en condiciones deplorables. Por cierto que un empleador debe proteger a sus trabajadores pero el primero que debe defenderse es el mismo trabajador. Hay miles de casos de personas que permanecen toda su vida en empleos que no les llenan la vida y que se transforman en una cruel esclavitud pero, eso no es culpa del empleador sino de un entorno sin oportunidades y un empleado que no se preparó adecuadamente para la vida.

Las verdaderas reformas laborales deben enfocarse a la creación de empleo y no en su empobrecimiento. Es decir, el verdadero objetivo de una reforma laboral es liberalizar el mercado del trabajo de modo que las personas puedan moverse libremente en ellos, contratándose en los trabajos apropiados para sus competencias y capacidades, abandonando aquellos empleos para los cuáles no tienen las facultades. En cambio, las reformas socialistas rigidizan los mercados laborales, elevan las barreras de salida que permite que los trabajadores más incapaces y menos preparados se mantengan porque tienen “ciertos derechos” y, al mismo tiempo, se elevan las barreras de entrada para aquellas personas más preparadas que podrían ingresar para aumentar la productividad de la industria.

Una reforma laboral socialista, como la que se comienza a discutir, no puede tener como objetivo la mejora de la calidad y productividad del empleo. El objetivo central de la reforma es fortalecer los sindicatos y sus dirigentes, la posibilidad de negociación colectiva y la prohibición de los empleadores para reemplazar a los trabajadores en huelga. En otras palabras, es una reforma sindical con el fin de que los sindicatos asuman el control del trabajo sin asumir el riesgo ni las inversiones requeridas. Al final, es más probable que los sindicatos terminen cayendo en las manos de dirigentes totalitarios que deseen detener el accionar de una empresa solo para satisfacer sus apetitos ideológicos y privados…¿la calidad y la productividad?...De eso no se habla…

Finalmente, basta ver el caso de Codelco que tiene Sindicatos que cogobiernan la empresa con beneficios enormes como bonos de término de conflicto sobre 10 millones, y con una productividad que cae  año a año…¿cómo es posible que los socialistas crean que con un sindicalismo fuerte y mucho dialogo la productividad mejorará por encanto?...¡La productividad mejorará cuando tengamos mercados libres y competitivos y los talentos puedan desplegarse libremente…!

¿O usted opina lo contrario?

Panorama LIBERAL
Domingo 11 Enero 2015

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